Ahorra en el uso del aire acondicionado en 7 sencillos pasos

Cuando se aproximan los meses de verano podemos dividir a las personas en dos grandes grupos:

  • Los que están tranquilos (porque tienen aire acondicionado)
  • Los que saben que saben que se van a asar de calor en casa

¿Eres de los primeros? Entonces este post te interesará.

El aire acondicionado es un equipo fundamental para muchas viviendas cuando llega el calor, pero tiene un problema: su uso encarece el recibo de la luz.

Si lo utilizas demasiado al final te encontrarás con un recibo de la electricidad muy elevado.

Pero para evitar esto te traigo unos cuantos consejos para hacer un uso más eficiente. Son recomendaciones sencillas pero que te serán de gran utilidad. ¡Vamos allá!

Cómo ahorrar en el aire acondicionado

Siguiendo estos 7 pasos reducirás mucho el uso del aire acondicionado.

1. Establece una temperatura adecuada

¿Sabes cuál es la mejor temperatura a la que puedes tener la vivienda en verano? ¿22 ºC, 23 ºC? ¿Quizás 24 ºC?

Ninguna de las anteriores. La mejor temperatura son los 26 ºC.

La sensación de confort en una vivienda en verano se sitúa en los 25 ºC, pero para conseguir un ahorro energético interesante lo mejor es subir ese valor ligeramente y situarlo en 26 ºC.

Ten en cuenta que esta será la temperatura a la que va a estar la vivienda, no a la que sale el aire. Para alcanzar este valor el aire acondicionado expulsará aire más frío, intentando llegar a este valor lo antes posible.

2. No pongas la temperatura más baja para que enfríe antes

Un error muy común es establecer una temperatura de consigna muy baja para que el aire acondicionado enfríe más rápido, pero siento decirte que no funciona así.

El aire acondicionado trabaja a plena potencia cuando es necesario, y solo bajará el ritmo cuando se encuentre cerca de la temperatura de consigna.

¿Qué pasa entonces si ponemos una temperatura muy baja? Que cuando nos queramos dar cuenta la temperatura del hogar ya habrá bajado a un valor inferior a los 26 ºC y habrá gastado toda esa energía extra en lograrlo.

Como consecuencia el consumo energético será mayor y encima no habrá enfriado el ambiente más rápido.

Otra situación en la que solemos cometer un error importante es cuando llegamos sofocados a casa.

Cuando entramos en casa después de hacer ejercicio (aunque simplemente sea por subir las escaleras andando) notamos una fuerte sensación de calor.

Al encender el aire acondicionado notarás que no es suficiente, así que pondrás una temperatura más baja.

Esto tiene un problema: te vas a enfrentar a un contraste de temperatura muy elevado. Correrás el riesgo de resfriarte.

Lo que tienes que hacer en estos casos es ponerte ropa ligera y esperar a que baje un poco tu temperatura corporal. Intenta no moverte mucho y si fuese necesario moja tu nuca y tus muñecas con agua fría.

Evitarás que se dispare el consumo al mismo tiempo que cuidas tu salud.

3. Programa el encendido y apagado

La situación anterior nos lleva a este punto. Cuando vas a estar unas horas fuera de casa y sabes que al llegar la vivienda estará caliente evita el impulso de dejarlo conectado.

Mantener la casa fría supone un desperdicio de energía, y más cuando hay funciones de programación en estos equipos.

Calcula cuándo va a ser tu hora de llegada a casa y prográmalo para que se encienda media hora antes.

Recuerdo establecer una temperatura de 26 ºC para que cuando entres por la puerta esta sera la temperatura del hogar.

4. Limpia los filtros con frecuencia

Todo el flujo de aire que sale por el equipo de aire acondicionado pasa a través de un filtro que se encarga de mantenerlo limpio.

Este filtro acabará llenándose de polvo con el paso del tiempo, obstruyéndose poco a poco.

Cuando esto ocurre se necesita hacer más fuerza para pasar la misma cantidad de aire. Este sobreesfuerzo provocará un aumento de consumo energético.

Es como cuando exprimes una naranja. Al principio todo el jugo pasa a través del exprimidor, pero a medida que se va depositando la pulpa cuesta más colar el jugo y tienes que esforzarte para conseguirlo.

Por eso es importante que de forma periódica lo limpies. Lo ideal es una vez al año, pero dependerá del uso que le des.

El proceso es muy sencillo. En el siguiente vídeo puedes verlo paso a paso.

5. Coloca las rejillas en horizontal

Tan importante es la temperatura de salida del aire como la correcta distribución. Aquí entra en juego un concepto un poco aburrido: la densidad del aire en función de la temperatura.

Pero no te preocupes, solo quiero que entiendas una cosa. El aire caliente tiende a subir y el aire frío a bajar.

¿Y por qué es esto importante? Porque queremos que el aire frío se distribuya por toda la estancia.

Para ello lo mejor es colocar las rejillas en horizontal. Estas lamas o rejillas tienen un ángulo de giro para distribuir el aire a nuestro gusto, y cuando usamos el aire acondicionado para refrescar lo mejor es colocarlas en horizontal.

De esta manera dejamos que el aire frío salga hacia el techo, y que poco a poco vaya bajando.

Si en lugar de hacer esto apuntas las rejillas hacia el suelo, el aire a menor temperatura baja directamente a la zona inferior de la estancia y no se moverá de ahí.

Tendremos una diferencia de temperaturas entre la zona alta de la habitación y la zona baja.

Por eso, al colocar las rejillas en horizontal, se consigue una temperatura más estable.

6. Ventila a primera hora del día

La mejor forma de ahorrar en el uso de aire acondicionado es quitándole trabajo. Esto se puede conseguir fácilmente por las mañanas.

Nada más levantarte, cuando el aire de la calle todavía está fresco, aprovecha y abre las ventanas de la casa.

Lo ideal es que abras varias ventanas para que corra el aire con mayor facilidad. Lo que consigues con esto no es solo renovar el aire, sino que también ayudarás a que baje ligeramente de temperatura las paredes y muebles del hogar.

Puede parecer que no influye, pero los muebles, el suelo y las paredes guardan la temperatura, y si es elevada dificultarán que la vivienda se enfríe.

Si ventilas a primera hora disminuirás su temperatura y no necesitarás conectar tanto tiempo el aire acondicionado.

7. Dúchate antes de ir a dormir

¿Te cuesta dormir por el calor? Prueba a darte una ducha fresca antes de dormir.

Muchas veces al irnos a la cama sentimos que tenemos el calor en el cuerpo. Damos vueltas sin parar y no logramos conciliar el sueño.

Pero en esas situaciones puedes probar a darte un ducha. Si lo haces con agua ligeramente fría refrescarás todo tu cuerpo y tendrás un margen de tiempo en el que te encontrarás a gusto y podrás dormir.

Una vez te duermas tu cuerpo se relajará y es más difícil que pases calor. Puede funcionar muy bien para las noches calurosas. Te será más fácil dormirte y no echarás en falta el aire acondicionado.

Cómo evitar usar el aire acondicionado

El aire acondicionado que menos consume es el que permanece apagado.

Suena a broma, pero la realidad es así. Si puedes llegar al punto de no necesitar encenderlo ahorrarás al máximo en tu factura de la luz.

Vamos a repasar algunos consejos para evitar su uso en la medida de lo posible.

– Instala un toldo

En verano el calor entra de diferentes formas en nuestra vivienda, pero hay una fuente de calor que influye muchísimo: la radiación solar que entra por las ventanas.

Cuando los rayos de sol entran a través del cristal de la ventana, aunque esté cerrada, estará aportando calor al interior de la vivienda.

Lo mejor para evitar esto es bloquear la radiación solar por fuera de la ventana. Si bloqueamos el sol dentro de la vivienda (con una cortina por ejemplo) el calor ya habrá entrado.

Por eso es tan importante bloquearlo por fuera, y la mejor manera de hacer esto es colocando un toldo.

Busca las ventanas o balcones donde más incida la radiación solar en verano y mira la posibilidad de instalar un toldo. Si reducimos la entrada de los rayos de sol estaremos reduciendo el calor de la vivienda.

Si en tu comunidad de vecinos no está permitido alterar el aspecto de la fachada tienes la opción de colocar persianas alicantinas. Conseguirás un resultado muy similar al del toldo aunque tapará más la visión de la calle.

Persianas alicantinas

Seguramente las hayas misto en los balcones de las ciudades. Son perfectas para esas horas en las que el sol incide de manera directa.

– Utiliza un ventilador

Un ventilador puede ser un gran sustituto del aire acondicionado, y su consumo es infinitamente menor.

Este equipo no te permitirá bajar la temperatura de la vivienda. Esa no es su función. Pero sí que es capaz de ayudarte a pasar menos calor.

Con sus aspas consigue mover el aire y ayuda a tu cuerpo a disipar mejor el calor.

Hay ventiladores de techo que no generan nada de ruido y te permiten controlar tu temperatura corporal.

Busca el ventilador que mejor se adapte a tu vivienda y podrás superar mejor los meses de calor consumiendo mucha menos energía.

– Mejora el aislamiento de la vivienda

El aislamiento de la vivienda es el gran olvidado dentro de la climatización.

Un buen aislamiento evita que la temperatura del exterior influya en la temperatura interior de la vivienda.

Si lo piensas es doblemente interesante: te protege del calor en verano y del frío en invierno.

Se trata de una mejora más compleja, ya que será necesario hacer un estudio previo. Pero lo cierto es que merece la pena.

Consejos para comprar el mejor aparato

Si ya tienes aire acondicionado pero estás pensando en sustituirlo quiero que tengas en cuenta varios aspectos.

Una correcta elección e instalación será clave para conseguir el mínimo consumo.

– Busca un equipo eficiente

Para encontrarlo simplemente fíjate en la etiqueta energética. Cuanta mejor valoración tenga, menor será su consumo.

También es importantes que escojas la potencia adecuada. En las características del equipo te mostrará la superficie que puede refrigerar.

No cojas uno menos potente de lo que necesitas porque lo acabarás usando a pleno rendimiento durante más tiempo. Esto al final se traducirá en un mayor consumo.

– Contrata a un buen instalador

Contar con un buen instalador es importante, ya que en función de cómo se coloque funcionará peor o mejor.

Por ejemplo, fíjate en que la persona que lo instala no coloque la unidad exterior al sol. Si lo hace se calentará el equipo y le costará más enfriar el aire.

Aunque cueste un poco más, un buen instalador garantizará que el equipo funciona de manera correcta. Es una inversión que merece la pena.

instalar aire acondicionado

¿Te ha parecido interesante? Si es así, ¡aplica estas recomendaciones en tu día a día! Lo agradecerás al ver la factura de la luz a final de mes.

Y si te ha quedado alguna duda puedes dejármela en los comentarios.

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